A dos pasos del olvido
Entre pasos que resuenan como ecos te escondes a distancia. Recorro ese espacio que separa nuestros cuerpos y me precipito al olvido. No recuerdo el sonido de tus pasos. Tu mirada se vuelve inconclusa, desencadeno la aniquilaciòn de tu rostro. Y fui tan estùpido como para darme cuenta de que cada lìnea que se desvanecìa de tu silueta iba desfigurando mi cara: ahora no recuerdo como soy, ya que no me puedo construir a travès de ti. Sòlo me queda la sombra que me sigue, adherida a una soledad pecisa.