Sunday, May 28, 2006

Eyes wide shut

Si, se llama Nicole Kidman y se está viendo en el espejo mientras le besan el cuello. Las otras manos recorren su cuello, las otras veces, tantas veces, que inclusive ella memoriza sus gestos. Ella juega a repetirse en fotografías mientras la penetran y no mira a los ojos. Mira los párpados que rebotan en los suyos como en espirales que se cierran sólamente entre sus piernas. Gusta verse, y como la ven cuando ella se ve. La imagen se triplica mientras el doctor piensa en ella, los ojos bien abiertos que miran el cuerpo onírico, poseído por otros. La superficie del espejo, llena de vaho y de neblina, enmohecida, desfigurada encamina los ojos por rutas que escapan a las formas que imagina. Alice (creo que así se llamaba) se quita los lentes (cuando en realidad se pone otros) y mira hacia el objetivo. No hay manera de borrar sus ojos, no existe escondite: te devoran, te hipnotizan, su cuerpo se desprende, entra al espejo, se enmascara la piel, sus dedos se vuelven la ilusión de nosotros que la miramos sin siquiera saber si su cuerpo es reflejo o nosotos no somos más que rebotes de luz en sus grandes ojos negros.

Desde que vivimos esa tarde, no encontramos otra manera de hacer el amor si no es a través del espejo.

Friday, May 26, 2006

cacofonías

Dentro de las luces frías que escapan a nuestros ojos, entre las verduras y los frijoles enlatados, cuerpos de traje, con los lentes cansados, chocan a estas horas. Justo antes de la hora de cenar. Listos para ir a calentar sus sopas frías. Frente a una computadora, a un televisor, a un libro (escogemos las armas pero no la manera de morir) hablándo solos, retoman el capítulo que nunca han podido escribir. Entre los semáforos (siempre en rojo) pasean, deambulan, a veces, ni siquiera saben caminar sin llantas. De punto X a punto Y y de ahí vuelta en U. Las escalas habituales (un antro y un ligue) para deshecharse mutuamente no sin antes haberse devorado y vomitar el insípido sabor de una piel acartonada. De regrseo a la cama que los traga y los escupe, para levantarse tempranito, como una tabla, con los ojos cerrados, van trastabillando por sus rutas desbocadas. Caen en los precipicios, de un vacío que los ahuyenta, una aullido que los despierta, un murmullos que los susurra mientras en el viento no son más que un suspiro y como el polvo se derraman en la monstruosidad de su vacío.

Tuesday, May 16, 2006

a travès de un vidrio oscuro

El espejo estaba viejo y roto, la gente hace tiempo que no pasaba ratos enteros mirámdose en este y preguntarse por el tamaño de sus ojeras. Tampoco se percataban de que una que otra arruga, o una cana aparecía en la idea que tenían de sí mismos. Sí, al principio se vieron y muchos cayeron fumigados por la cara que el espejo les enseñaba. Empezaron a dejar de ir al espejo y ahora sólo recurdan esa vaga bruma de párpados y pómulos, hasta que comenzaron a confundirse y hasta a olvidar la cara de su alma.
Hacia tiempo que Alicia intentaba verse en el espejo, ( antes lo hacìa todo el tiempo pero con los ojos semicerrados). Otras veces Alicia se preguntaba si el agua que estaba detrás sabía a grocella y si la grocella podía ser color gris, la cara de esa pared que sólo una vez le devolvio su propia imagen.

Como todos sabemos Alicia se deslizò por el lìquido de cristal, se desfigurò, apretò los dientes, grito, hasta que se disolvio a si misma. Encontro el mundo del espejo. Descubrio que la vida se juega como un ajedrez en el que la esquizofrenia juega un papel de desdoblamiento. Son senderos que se bifurcan, senderos que regresan en espiral, senderos que muestran unos ojos que ahora miran de frente.

Alicia creìa que el problema de su imagen era de otros (que le recordaban siempre que podían su incertidumbre). Sus amiguitos le decían que siempre les hablaba de lado, le reprochaban que se escondiera detràs de los hombros (a veces jurabas que se esfumaba pero simplemente estaba del otro lado). Le reclamaban que tenía miedo de verse a si misma cambiada, mutada por los piquetes de abeja, los pastelillos que devoraba en los ojos de ellos. (Algun día Alicia probó que los gatos que ronronean entre las piernas son ricos) Alicia tenía un ritual extraño. Le encantaba la nieve de zarzamora. La comía despacio y con cuidado, como no queriendo acabársela tan rápido. Después se iba dando cuenta de que ya casi no quedaba helado, se desesperaba y tiraba el helado justo en la parte más rica (la del cono con el helado a punto de derretirse) Todos le preguntaban que porqué tiraba la nieve si era su favorita.

- No me gusta cuando se acaba el sabor -decía chupandose los dedos- si lo tiro yo sé justo cuando se termina.

Pero un buen día se volvió a escapar frente al espejo. Criticaba y odiaba a quienes le insistían (ella conocío a la gente del espejo, los demás no sabían nada de cómo se inventaron los ojos y `prque hay ojos que solo miran hacia adentro) En medio de esa agua que la derretía volvío a escuchar las voces de sus amigos, poco a poco las fué dejándo atrás.
En algún momento Alicia miró de frente y entre las gotas de cristal y la bruma de sus párpados una cara se asomo: se vio tal y como era y cómo estaba: en una fuga permanente, ya que las voces le repetían lo que ella sabía y no podía cambiar. Ella reconocía la verdad en las otras voces pero sólo quería escuchar su propia voz. Los espejos se rompieron. Cuentan que se vió una estela blanca que rodeaba a la luna. La luna cayó en sus ojos. Alicia se dió cuenta de que se fugaba de sí misma en ese líquido, en ese hielo que salía de su mente y el tic tac de las palabras que reconocía. El tiempo estaba roto, no avanzaba mas que para adentro. Sus manos crecieron, su boca emitió un grito. La gente del espejo le devolvió su verdadera cara. Alicia escapó del espejo, se tapó los ojos y se durmió.

Hasta ahora no ha despertado. Algunos se asoman a su ventana para ver la única cara que queda en todo el lugar. Admiraban su belleza y contaba la leyenda que algún día Alicia despertaría lista para enseñar a la gente a escapar del espejo y las telarañas de la mente y a ver con claridad aquello que el espejo enseñaba: el rostro de un alma que está a punto de despertar. Mientras tanto Alicia dormía y todos sabían que en cualquier momento iba a despertar.

Monday, May 15, 2006

una fiesta más

Las siete de la mañana y yo llego a mi casa con los ojos cansados, las manos sudando alcohol, sin haber dormido nada. Entro a la casa. Se celebra un cumpleaños. Hay gente dormida en el sofá, cervezas tiradas, colillas que ensucian el ambiente. Entro a la habitación de Mariana. Hay seis personas. Una chilena y un argentino. Están hasta el fundillo de coca. Uno calla a la otra. Se ponen a gritar, a decirse que por algo hay esa rivalidad. Él le pone la mano en la boca mínimo tres veces. "Sos una imbécil". Fernanda se acerca a mi y me platica todo lo que se le ocurre, de su vida, su carrera (mesera en un bar). Al lado el pibe se sienta y me dice en secreto: "esta chica esta reloca". Ella le manda miradas de fuego. El la rechaza, le dice que es una pendeja, le eructa en la cara. Ella sólo lo sigue buscando. El quiere desafanarse. Mi hermano se asque de la situación, yo trato de calmarlo y me da asco, quiero irme de ahí, quiero desaparecer. Estoy caliente. Estoy cansado y completamente solo.
Son la once y sólo quedan la chilena, el argentino y su fan. En la cocina que tiene costras de fiesta en el suelo, ellos dos se siguen peleándo. La rivalidad se exacerba. La otra se le lanza a besarlo. El la quita, el la quita, el la quita. Voy a dormirme al sillón. Hecho bolita sigo escuchando cómo esa perra se humilla. Abro los ojos. Estan en el suelo, ella encima de él, tratando de besarlo, el se quita. Pasa un largo rato: ella se cansa de insistir. Un rato después los dos están dormidos. Intento ir a mi cama, hay alguien ahí. Cierro los ojos......
Una fiesta más celebrando la decadencia del imperio de los sentidos........

Sunday, May 07, 2006

the waves

Camino arrastrando frases ajenas,
en el desierto constante
de tu ausencia:
seco solo y
sin rumbo....

me agoto y me decanto en la piel de arena
que raspa mis pómulos (intento besar el mar)
quedo intranquilo, flotando en el deseo.
Repaso tu cuerpo: me lo sé de memoria,
la curva entre tus pechos y tu ombligo,
la manera de doblar tu silueta, tus ojos que
implotan como una ola que rompe en mi cuerpo.

Mi cama respira intranquila mientras pronuncia tu nombre,
despierto empapado en tu ausencia,
doy vueltas, me aferro a tus huellas:
incluso he llegado a acariciar la almohada,
a susurrar a las paredes, a tatuar tus ojos (grandes indescifrables)
en mi piel.

Te escurres, escapas de mis palmas que esculpen
en la sombra un grito indomable de dolor
puro,
un desgarre en el alma,
un ataúd nuevo, que no se amolda a mi cuerpo,
escóndeme, entiérrame, embriágate,
muérdeme, escúpeme, vomítame,
sácame de tí, para poder recordarte,
corta mis manos, perpetúa mi tacto
en tus ojos, en tu espalda,
invádeme, intrígame, déjame,
escapa a este recorrido inconcluso,
a este vaivén que me extravía en tus recuerdos.

el desierto grita tu nombre,
los ecos repercuten en mi pecho (que se hunde)
me encojo, caigo en las trampas de arena
del tiempo inmanente
a tu cuerpo, a tus palabras (volcanes en espera)
que el viento se traga, que el olvido
desenmascara.

la ruta a seguir es el mar, y la espuma de tu sexo
para lavarme los dientes,
trago la sal que hiela,
la hiel que endulza,
las olas rompen
me fragmento en tus pasos
que se acercan a la luna
y yo soy la marea de un adiós que muta.