letras
Cuando no decimos nada ni podemos articular nuestra alma...
Mejor deja que las manos resbalen
por cinturas lisas; encuentra tu reflejo en ese ombligo,
destapa las piernas cruzadas y enróllalas en tu cuello.
Deposita tus manos en la frente, toma sus ojos como
si quisieras ver el color del deseo.
Abre su pecho, tomas dos senos entre tus manos
y juegas a equilibrarlos en el aire.
Amarra tus dedos a un torso desnudo
y escribe tus recuerdos en el vientre desdoblado
que escucha la piel que se desborda por los dedos.
Mejor deja que las manos resbalen
por cinturas lisas; encuentra tu reflejo en ese ombligo,
destapa las piernas cruzadas y enróllalas en tu cuello.
Deposita tus manos en la frente, toma sus ojos como
si quisieras ver el color del deseo.
Abre su pecho, tomas dos senos entre tus manos
y juegas a equilibrarlos en el aire.
Amarra tus dedos a un torso desnudo
y escribe tus recuerdos en el vientre desdoblado
que escucha la piel que se desborda por los dedos.
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