Metamorfosis 1
Llueven ráfagas a colores: no veo mas que chispas fragmentadas de lo que fue una realidad. Hay una bruma lacrimosa en el aire de mis ojos; los autos suenan como olas huecas dentro de una caja de resonancia que se traga las frecuencias y me ensordecen en silencio. Mis manos tiemblan, adormecidas, estoy inmerso en la pequeña farsa de un día que se fuga mientras duermo toda la tarde, despierto en la madrugada: veinte horas sin cerrar los ojos...
Los gigantes van saliendo de mis sueños, me van metemorfoseando en ilusiones, sólo soy una imagen y no encuentro más que imágenes.
Ella era un espejismo que se fragmentó en pedacitos con el sonido de su grito primal, el sonido de una voz que retumba en mis obsesiones: de esa voz pase a otra imagen (igual de falsa). El color de su mano en mi hombro, el sabor de su boca en mi pómulo, el sonido de su mirada (sigo escuchando a sus ojos que me dicen que yo no se verlos) van formando parte de mi colección de placeres efìmeros. Y me doy cuenta de que no hay que coleccionar otra cosa que cuerpos. Si... tenerlos siempre latentes tan siquiera en el viento, para poder acariciarlos en los momentos en los que nuestras manos tiemblan solitarias. Tener una boca que nos alimente, tan siquiera una tarde, y olvidarnos del cemento en la boca, el tubo en la lengua, el tartamudeo continuo de una mecanismo de nuestra lengua. Tener unas manos que a cachetadas no despierten, nos piquen para que no podamos estar sentados viendo pasar a los gusanos a nuestro lado.
Ahora ella es una estatua, veo la grandeza de su perfil aislado, protegido, orgulloso, inalcanzable. Un monumento que no me atrevo (todavía) a derrocar para que mute en carne, hueso, saliva y uñas. Por el momento rodeo su figura extraña, mientras ella me mira de reojo, como la esfinge, pendiente de las pruebas, decidida a no dejarme vivo, pero con un guiño que puede ser hiel porque se vuelve cercana e inalcanzable. Necesito esculpirla, pasar las pruebas y poco a poco ir entrando en la piedra para poder desvanecerme junto con su porte en una ola mas, que pasa, pega ,rompe y se pierde. Vale la pena dejar de ser piedra para convertirnos (tan sólo un instante) en piel.
Los gigantes van saliendo de mis sueños, me van metemorfoseando en ilusiones, sólo soy una imagen y no encuentro más que imágenes.
Ella era un espejismo que se fragmentó en pedacitos con el sonido de su grito primal, el sonido de una voz que retumba en mis obsesiones: de esa voz pase a otra imagen (igual de falsa). El color de su mano en mi hombro, el sabor de su boca en mi pómulo, el sonido de su mirada (sigo escuchando a sus ojos que me dicen que yo no se verlos) van formando parte de mi colección de placeres efìmeros. Y me doy cuenta de que no hay que coleccionar otra cosa que cuerpos. Si... tenerlos siempre latentes tan siquiera en el viento, para poder acariciarlos en los momentos en los que nuestras manos tiemblan solitarias. Tener una boca que nos alimente, tan siquiera una tarde, y olvidarnos del cemento en la boca, el tubo en la lengua, el tartamudeo continuo de una mecanismo de nuestra lengua. Tener unas manos que a cachetadas no despierten, nos piquen para que no podamos estar sentados viendo pasar a los gusanos a nuestro lado.
Ahora ella es una estatua, veo la grandeza de su perfil aislado, protegido, orgulloso, inalcanzable. Un monumento que no me atrevo (todavía) a derrocar para que mute en carne, hueso, saliva y uñas. Por el momento rodeo su figura extraña, mientras ella me mira de reojo, como la esfinge, pendiente de las pruebas, decidida a no dejarme vivo, pero con un guiño que puede ser hiel porque se vuelve cercana e inalcanzable. Necesito esculpirla, pasar las pruebas y poco a poco ir entrando en la piedra para poder desvanecerme junto con su porte en una ola mas, que pasa, pega ,rompe y se pierde. Vale la pena dejar de ser piedra para convertirnos (tan sólo un instante) en piel.
4 Comments:
y a veces, sería bueno en vez de tener piel, ser una piedra.
hola!
si tienes dudas o comentairos acerca de blogueratura.
escríbemelos a blogueratura@gmail.com
gracias
Excelente prosa poética.
Un abrazo
Hannah
Hey, volviste!
Gusto en leerte de nuevo, recibe desde aquí un abrazo muy cordial.
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